Relato erótico 2:
Y ella abrió las piernas mientras decía: Uff que calor hace aquí no? Se abanicaba el escote y una gota de sudor caía justo por el medio de sus pechos. El sin pensarlo dos veces acerco la mano a uno de sus muslos y lo acaricio suavemente: Ui perdón! Ella sonrió de nuevo y le cogió la mano para ponerla de nuevo en su muslo pero un poquito más arriba, el siguió subiendo hasta llegar a sus braguitas que para su sorpresa estaban un poquito mojadas, siguió masajeando en círculos mientras observaba en la cara de ella como cada vez estaba más y más cachonda y se mordía el labio con mucha excitación. De repente el bus paro y ella dijo: Justo aquí esta mi piso, te vienes un ratito? Mientras se seguía mordiendo el labio y le miraba con esa cara de niña traviesa.
Se fue con ella sin mediar palabra y en cuanto llegaron ella fue a la cocina y saco fresas y chocolate fundido,
lo tiro en la cama y le dijo: Quítate todo... Mientras el se quitaba la ropa en la cama, la miraba a ella que estaba haciendo lo mismo pero de pie, una vez desnudos ella se subió encima y le dijo: Se que quieres que sea tuya pero a mi me gusta jugar antes...
Cogió una fresa y la unto en chocolate y con un palito fue pasandole la fresa por el cuerpo y a la vez que dejaba el rastro del chocolate, iba lamiéndolo suavemente. Llego a su polla, se la paso por la puntita y se comió la fresa. Entonces fue cuando ella comenzó a chuparle la polla mientras le hacia masajes por sus huevos, se la metió toda todita a la boca. Jugaba con la puntita de su lengua y la puntita de la polla de el.
A lo que el le dijo: Basta de jueguecitos! La cogió por el culo y la tiro a la cama, el se puso encima y le dijo: Ahora lo vamos a hacer a mi manera! Empezó a comerle los pezones y a agarrarle muy fuerte del culo. Ella le susurro al oído: He sido una chica muy mala, haz conmigo lo que quieras...
Se la metió con tanta fuerza que la chica gimió con un grito que a el le enloqueció aun más, se la comenzó a follar a lo bestia mientras ella le arañaba la espalda y se mordía el labio como en el bus. Ellos sudaban y gemían sin parar y cada vez lo hacían más y más rápido. La saco y se la puso en las tetas, ella contesto a eso haciéndole una cubana, el no pudo más y se corrió en su escote, entonces el cogió una fresa la unto por la corrida de sus tetas y se la dio a ella. Sonrió, cogió la fresa, la chupo y se la comió.
Jamas volvió a ver a la chica de las fresas y por supuesto tubo que llevar justificante al trabajo. jajaja
Bueno, una vez más, espero que os haya gustado este relato y que lo demostréis con vuestros comentarios y visitas así podre ir subiendo más cositas. Un besito cielos ♥ Muuak!